Muchos son los españoles a los que les gustaría acabar de una vez y para siempre con el tabaco. Según afirma un estudio realizado por la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), el 70% de los encuestados quiere que se reforme la Ley del Tabaco con la intención de que todos los espacios públicos sean espacios sin humo.
Los responsables del semFYC pretenden que gracias a una reforma de la Ley del Tabaco, se reduzca el número de fumadores hasta en un 15%.
Está claro que el tabaco es algo que no solo perjudica a los que lo consumen, sino que también afecta a aquellos fumadores pasivos. La cifra de muertos anual como consecuencia de la inhalación del humo de los cigarrillos asciende a unas 6.000 personas al año. Con estos datos está claro que el gobierno tiene que hacer algo para proteger la salud de los no fumadores.
El presidente del semFYC, Luis Aguilera, ha recordado que el endurecimiento de esta ley en países como Italia, ha logrado reducir el número de ingresos por infarto de miocardio en un 11 por ciento.
La edad media de inicio al tabaco en nuestro país está situada en los 17 años. Desgraciadamente cada vez con más frecuencia vemos a niños de 14 y 15 años fumando por la calle sin saber muy bien por qué.
Si realmente interesa acabar con este problema social, en España deberíamos afrontar con más decisión la lucha contra el tabaco por el bien de todos, pero especialmente por el de aquellos que de manera involuntaria ven como su salud se resiente por culpa de aquellos “amantes de la nicotina”.
Nuestros políticos deben empezar a pensar si acabar con una industria tan rentable en lo económico, pero perjudicial para la salud es necesario, o si por el contrario el bienestar de la población puede esperar.
No se trata de una persecución indiscriminada contra el fumador, cada uno es libre de hacer con su cuerpo lo que le venga en gana, pero eso sí, que por favor no perjudique a esa gran mayoría no fumadora.
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